Este grupo estaba ubicado en el territorio de Tierra del Fuego, con excepción de los canales del extremo sur, hábitat de los Yámana – Alakaluf. A su vez, esta parcialidad se encontraba dividida entre los Selk’nam y los Haus (o Maneken).
Los Onas compartieron con las demás parcialidades Tehuelches la forma de vida sustentada en la caza del guanaco y en segundo orden aves, aunque también recolectaban raíces y frutas silvestres.
Lo que es realmente llamativo de esta parcialidad, es que a pesar de su hábitat, no tuvieron medios de transporte acuático y raramente explotaron los recursos marinos.
Estaban organizados, como los septentrionales y meridionales, mediante la familia extensa y el conjunto de éstas constituía la banda. No tenían jefaturas fuertes, excepto en casos de guerra; la autoridad solía recaer en los ancianos y los chamanes.
El territorio estaba dividido en “cotos de caza”, pero de manera muy compleja, por lo cual se producían entre las bandas enfrentamientos por la violación de esos límites.
Un aspecto particularmente estudiado en estas parcialidades –sobre todo por el Padre Martín Gusinde- es el concerniente a los ritos de iniciación de los adolescentes varones, que participaban del “kloketen”, una sociedad secreta de los hombres, destinada a sembrar el terror entre las mujeres.
Los Onas practicaban el matrimonio en forma exogámica, en general era monogámico, aunque se daba el levirato y el sororato.
Respecto de su cosmovisión, los Onas reconocían a Temaukel, creador el cielo y de la tierra, que era también dador de la vida y de la muerte. Debemos incluir también a Kénos, héroe civilizador que en tiempos inmemoriales formó el cielo y la tierra, y era portador de la ley moral. El arco de lo sobrenatural se completa con una serie de demonios que, por lo general, acechaban a las mujeres.
Otra particularidad llamativa de esta parcialidad se da con la muerte de un miembro del grupo: el hecho es vivido como un tabú, su nombre no vuelve a pronunciarse y sus pertenencias son destruidas.
Para finalizar, los Onas escasamente se relacionaron con otras parcialidades o culturas, ya sean los Tehuelches continentales o con los Yámana – Alakaluf, mucho más próximos geográficamente. Ello se debió a su virtual aislamiento al no poseer medios de transporte acuáticos en un primer momento, y luego a que no adoptaron, como sí lo hicieron los Tehuelches continentales, el caballo traído por los conquistadores.
Imagen: Hombres Selk'nam, obtenida de Bariloche.com.ar
El mapa con la situación geográfica de estos grupos se puede consultar aquí.