Portugal



Según una antigua leyenda, Cale, uno de los argonautas que acompañó a Jasón en la busca del vellocino de oro, llegó al extremo de Europa, a un lugar de la costa atlántica de lo que hoy es Portugal. Cale formó allí un enclave comercial, pero como las condiciones del lugar no eran muy propicias para la navegación, muchos siglos más tarde los romanos trasladaron el asentamiento un poco hacia adentro del continente, sobre la ribera norte del Duero, aunque muy cerca de su desembocadura en el océano Atlántico, y construyeron allí un puerto fluvial que llamaron Portus Cale.

Esta ciudad se llama hoy en español Oporto y en portugués, Porto. Hacia fines del siglo XI, cuando Alfonso VI de Castilla y León le otorgó un condado a Enrique de Borgoña en la parte sudoeste de su reino, le concedió el título de conde de Portus Cale, pero un siglo más tarde, este condado se independizó de la Corona de Castilla. Desde muy antiguo, el reino de Portugal fue un mosaico de etnias en el que se fundieron celtas, íberos, fenicios, latinos, moros y visigodos.