La fascinación por la misteriosa tumba de la era de Alejandro Magno

El descubrimiento de una enorme tumba en el norte de Grecia ha fascinado a todo el mundo.
¿Quién está enterrado allí?, se preguntan.

A principios de agosto, un equipo de arqueólogos griegos liderados por Katerina Peristeri desenterró lo que las autoridades dicen que es el lugar de enterramiento más grande descubierto en el país. Y data de la época de Alejandro Magno.

El sepulcro está en la antigua Anfípolis, una importante ciudad del reino de Macedonia, 100 km al este de Tesalónica, la segunda ciudad de Grecia.

Su estructura se remonta a finales del siglo IV antes de Cristo y tiene 500m de ancho, más grande que la tumba del padre de Alejandro, Felipe II, ubicada en Vergina, al oeste de Tesalónica.

"Estamos observando con asombro y con profunda emoción la excavación en Anfípolis", le asegura a la BBC Konstantinos Tasoulas, ministro de cultura de Grecia.

"Se trata de un monumento funerario de dimensiones únicas e impresionante maestría artística. Los más bellos secretos se esconden justo debajo de nuestros pies".

Guardianes antiguos y modernos

Dentro de la tumba, los arqueólogos descubrieron dos magníficas cariátides.

Cada una de las figuras femeninas esculpidas tiene un brazo extendido, presumiblemente para disuadir a los intrusos e impedir que entren a la cámara principal de la tumba.

Y sus contrapartes modernas están sentadas en un auto policial, unos 200m de la entrada de la tumba. La excavación está protegida las 24 horas por dos policías.

Su misión es mantener alejadas a las decenas de periodistas y turistas que llegan aquí por un sinuoso camino de tierra desde la aldea más cercana, Mesolakkia.

Y por si no queda claro, una imponente señal de "No entrar" sirve para el mismo propósito.

El equipo de excavación no ha hecho ninguna declaración sobre la identidad del ocupante de la tumba.

Pero eso no ha impedido que los medios de comunicación, los arqueólogos y la gente común y corriente ya hagan sus apuestas.

Los arqueólogos coinciden en que la magnificencia de la tumba significa que fue construida para una persona prominente, tal vez un familiar directo de Alejandro Magno. Quizás su madre, Olimpia, o su mujer, Roxana, o algún noble macedonio.

Otros dicen que podría ser un cenotafio.

Pero sólo el equipo de excavación puede dar respuestas definitivas. Y el progreso ha sido lento, ya que los trabajadores descubrieron una tercera cámara que corre peligro de colapsar.

Magno candidato

Los expertos no han llegado a un veredicto. Pero para los pocos cientos de habitantes de Anfípoli y Mesolakkia, los dos pueblos más cercanos al lugar de la excavación, no hay duda: dentro de la imponente tumba con paredes de mármol que yace a pocos metros de sus casas, no puede haber otro que Alejandro Magno.

"Sólo Alejandro amerita un monumento semejante", dice Antonis Papadopoulos, un agricultor de 61 años, mientras se toma un café en una taberna frente al museo arqueológico de Anfípoli.
"La magnitud y la opulencia de esta tumba es única. El sentido común dice que es él quien está sepultado allí".

Los arqueólogos y el ministerio de cultura griego advierten en cambio que esta es sólo una especulación, especialmente porque se cree que Alejandro Magno fue enterrado en Egipto.

"Estamos naturalmente ansiosos por conocer la identidad del ocupante de la tumba, pero eso será revelado a su debido tiempo por los excavadores", dice el ministro Tasoulas.

El descubrimiento, fruto de dos años de excavaciones, fue anunciado durante una visita de Antonis Samaras, primer ministro griego, que se acercó al sitio el mes pasado y lo describió como "muy importante".

Desde aquel anuncio, Anfípoli y Mesolakkia se han llenado de gente, con un bullicio que irrumpe en el ritmo lento y tranquilo de la vida de pueblo.

"Periodistas y visitantes de repente comenzaron a llegar de toda Grecia y del exterior. Solíamos caminar por el sitio todos los días, al trabajar en el campo", dice Athanasios Zournatzis, líder de la comunidad de Mesolakkia.

"Sabíamos que había algo allí, pero no esperábamos la magnitud de este descubrimiento".
Una pareja de belgas que pasa por allí me cuenta que viajó hasta aquí después de leer sobre la tumba en el periódico.

Lotería

El hallazgo ha despertado una ola de orgullo y patriotismo griego, quitando protagonismo, por lo menos temporalmente, a los apuros económicos.

En Mesolakkia, el punto de encuentro de periodistas y viajeros es un tradicional kafenio, o café, con un gran plátano cuya sombra protege del cálido sol de septiembre.

Zournatzis dice que los pobladores esperan "haberse ganado la lotería".

El padre Konstantinos, un cura de 92 años, dice estar atento a los acontecimientos y "compartir el entusiasmo".

Los residentes locales cuentan que ya han recibido ofertas para vender sus tierras, pero muchos quieren esperar hasta que los arqueólogos hagan el anuncio oficial.

"Antes del descubrimiento, aquí el terreno no valía casi nada. Pero ahora nadie vende", dice Menia Kyriakou, habitante de Mesolakkia.

Un grupo de mujeres que toman café en una mesa cercana explica que no es tan fácil enterarse de los últimas noticias sobre la tumba.

Eleni Tzimoka, quien recientemente regresó al pueblo desde Tesalónica, dice que ellas están esperando en el café que la compañía de telefonía instale una conexión a internet.


"Sabemos que la historia de la tumba es grande, pero sin acceso a la red, es difícil mantenerse al día".

Publicada por BBC Mundo.