La leyenda del rey Codro y los archivos



La historia de la palabra "archivo" se remonta a treinta siglos atrás, cuando Atenas, gobernada por el rey Codro (o Codros), fue invadida por los dorios. El oráculo de Delfos había vaticinado que los atenienses solo lograrían vencer y expulsar a los invasores si Codro perdía la vida en combate.

Al conocer la profecía, el monarca fue al campo de batalla y provocó abiertamente a los dorios hasta que lo mataron; estos sufrieron enseguida una derrota aplastante a manos de los defensores de Atenas. La versión que se puede leer en Wikipedia discrepa con esta, de Elcastellano.org, e indica que al conocer el oráculo de los Dorios, Codro decidió quitarse la vida.

De cualquier modo, los atenienses decidieron entonces que no había nadie que reuniera condiciones suficientes para suceder en el trono al rey héroe y nombraron en su lugar a un magistrado civil, al que llamaron arkhon —arconte en español—, y dieron inicio así a una magistratura que gobernó Atenas durante cinco siglos, hasta la tiranía de Pisístrato en el siglo VI a. de C.

El edificio de gobierno donde el arconte ejercía sus funciones era el arkheion, y el conjunto de los documentos públicos allí albergados se llamaba ta arkheia, palabra que en latín tardío dio lugar a archivum, que llegó al español como archivo.

A partir de arkheion, también se originó otra palabra griega, arkhé 'gobierno', 'mando', presente como elemento compositivo en numerosos vocablos de nuestra lengua, tales como monarquía 'gobierno de uno', oligarquía 'gobierno de pocos' y anarquía 'ningún gobierno', así como patriarca, matriarca y muchos otros.