Tras la escultura de Nefertiti

Un documento encontrado recientemente indica que un arqueólogo alemán se valió de artimañas para pasar de contrabando a su país una escultura fabulosa de la reina egipcia Nefertiti.

El arqueólogo, Ludwig Borchardt (en inglés), incluyó el busto de Nefertiti en la lista de sus hallazgos en Egipto en 1913.

Pero lo describió como pedazo de yeso sin valor y lo ocultó en una caja.

Ahora se le considera como un artefacto supremo de la era faraónica y atrae a medio millón de visitantes cada año al Museo Egipcio de Berlín.

Desde 1924 las autoridades egipcias han estado tratando de recuperarlo y parecía que ya se habían resignado a que nunca lo harían, hasta el punto de que últimamente lo habían pedido en préstamo, durante tres meses, para la inauguración del nuevo Museo Egipcio en El Cairo, programada para 2012.

El corresponsal de la BBC en la capital egipcia, Cristian Fraser, dijo que las nuevas evidencias de este engaño podrían reavivar los esfuerzos del gobierno egipcio para repatriar el famoso busto de la reina, cuyo nombre significa "La bella ha llegado".

¿Mitad y mitad?

El documento fue descubierto en el Instituto Oriental de Alemania.

Es el recuento de una reunión entre Borchardt y un inspector de antigüedades para hablar sobre un inventario de lo que había encontrado el arqueólogo.

Había un acuerdo de que Alemania y Egipto dividirían los hallazgos mitad y mitad, previa inspección y selección de los funcionarios egipcios.

Pero, según el texto, el busto de Nefertiti -quien reinó como esposa del faraón Akenatón hace más de 3.000 años- era tan exquisito que Borchardt decidió guardarlo "para Alemania".

El busto fue envuelto de forma ajustada y se le mantuvo oculto en una caja, en un compartimiento con poca luz.

Borchardt entregó una fotografía del hallazgo que era deliberadamente poco atractiva e informó que el busto era de yeso, un material de muy escaso valor, cuando en realidad el rostro de la reina estaba pintado en piedra caliza.

"Indescriptible"

Sin embargo, las anotaciones en su diario revelan que conocía el verdadero valor de la escultura.

"No se puede describir, hay que verla", escribió.

Esto ya se sabía. Lo que aparentemente no había eran pruebas de cómo había obtenido el permiso para quedarse con el busto.

Hace dos años, el director del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass, amenazó que "si los alemanes no nos prestan a Nefertiti, demostraremos que fue llevada de manera ilegal a Alemania".

El consejo confirmó que está al tanto de la existencia del documento recién encontrado. Noticia publicada por BBC Mundo.