Andresito y Artigas

Con el imperio español en retirada, y los portugueses intentando permanentemente expandirse por los territorios de los actuales Uruguay y Argentina, surgieron en la región del litoral diferentes líderes. Uno de ellos es José Gervasio Artigas, líder patriota de la Banda Oriental que combatió a ambos enemigos con tenacidad y decisión y que, en su momento, se enfrentó a Buenos Aires a causa de las pretensiones hegemónicas de la ciudad portuaria.

En tanto, más al norte, en el mismo periodo -1811 a 1820- los guaraníes habían vuelto a la selva tras la expulsión de los jesuitas a finales del siglo XVIII. Este grupo aborigen había sufrido enormemente el embate de los bandeirantes portugueses que se dedicaban a cazarlos para luego utilizarlos o venderlos como esclavos, y luego padecieron el desamparo que significó la disgregación posterior a la salida de la orden religiosa.

Los guaraníes encontraron en Artigas y sus ideas igualitarias un estímulo para volver a luchar por los derechos perdidos, según dice Martínez Sarasola, y a partir de esta nueva motivación surgió entre ellos un líder mestizo: Andrés Guacucarí, quien se hacía llamar Andresito Artigas, se proclamaba hijo político de este líder patriota, y fue popularmente conocido como “Comandante Andresito”.

Andresito recuperó para los guaraníes su mística, y los unió por un periodo de cuatro años para luchar contra el pujante imperio portugués. Nombrado comandante general de Misiones en 1815 emprendió su primera campaña y tomó muchos pueblos que se pasaron al bando rebelde, organizando además sus fuerzas en Yapeyú, actual provincia de Corrientes.

En 1816 Andresito recuperó las Siete Misiones, cuyo control había caído en manos de Portugal en 1801. A partir de la contraofensiva del imperio portugués se generó una guerra prolongada, en la que ambos bandos contaron derrotas y victorias y pagaron un alto costo humano por el control de la región.

Para 1818 el Comandante Andresito se apoderó de la ciudad de Corrientes, decretando como primera medida la libertad de los indígenas sometidos a la servidumbre y, cumpliendo con el reglamento promulgado en 1815 por Artigas, comenzó el reparto de tierras entre los pobres.

Finalmente, en 1819 fue derrotado por un general portugués llamado Chagas, a quien Martínez Sarasola señala como “su archienemigo”. Para evitar una masacre, encontrándose cercado, Andresito ordenó a su gente dispersarse y quedó solo hasta que una partida portuguesa lo tomó prisionero.

“Artiguinhas”, como lo llamaban los portugueses, fue llevado a la prisión de Porto Alegre y condenado a trabajos forzados. No se sabe muy bien cómo ni cuándo murió, pero Martínez Sarasola afirma que estudios recientes indican que fue en la prisión de la Isla das Cobras, en 1822.

Fuentes: Carlos Martínez Sarasola, Los hijos de la tierra – Archivo personal.