El quichua sigue vigente en Ecuador

El cuencano Joan Iturralde, de 12 años, no sabe que algunas palabras que pronuncia a diario corresponden al idioma quichua. Tampoco las escribe bien, pero las habla con naturalidad y conoce su significado. Un de las más reiterativas es “nos vemos, taita”, para despedirse de su padre. Esas frases las aprendió del común hablar de sus compañeros. “Papá nunca se molesta porque digo taita (padre), guambra (bebé), guaga (niño)”.

Otras palabras del quichua se han introducido en el habla común de la gente. Es frecuente escuchar mezclas del castellano y quichua como “¡que linda es mi pachamama (tierra)!”.

Julio Lojano, coordinador del área técnica de la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe (DEIB), recuerda que tras el levantamiento indígena de Tupac Amaru (1781 contra los españoles por los abusos que cometían con los indígenas) se prohibió que el quichua fuera hablado por toda la población. El idioma llegó a tener menos rango y prestigio, pero no desapareció. Ahora, a Lojano no le agrada cómo se plantea este tema en el proyecto de nueva Constitución. Este establece que el castellano es el idioma oficial del Ecuador y que las lenguas quichua y shuar son de relación intercultural.

“Los opositores basaron sus argumentos en que nuestro idioma no tiene escritura, grafía, gramática y obras escritas”, señala. Él al igual que la lingüista indígena, Sisa Pacari, coinciden en que el quichua está en constante construcción de nuevas palabras.

Por ejemplo, menciona que con surgimiento de la tecnología han adaptado palabras para definir a ciertos aparatos como la computadora (nikir ayachik), televisor (carumanta ricuchik), teléfono (angu ullachik).

Según Lojano, la educación bilingüe fortalece el idioma indígena. En Azuay hay cuatro colegios y 36 escuelas que agrupan a 3 500 alumnos y 150 maestros. Y cree que el constante proceso de introducción de palabras quichuas al habla común ayuda a que el idioma indígena esté presente.

Pacari precisa que como Joan Iturralde, inconscientemente la gente dice palabras como warmi (mujer), miski (miel), mama (madre), mashar (calentarse, abrigarse), allpa (tierra), killa (luna), sinchi (fuerte)... Entre los jóvenes de la secundaria es común escuchar esas palabras. Según la especialista, hay términos como achachay (frío) que se mantienen con el aporte de la lengua popular y otros se pierden por la imposición del castellano y el proceso de aculturación como, por ejemplo, llupaishana (gracias) por el “dius si lo pagui”.

También hay palabras inmersas en el español porque la estructura misma del quichua está en el cerebro de las personas como el amarca al guagua (marcana guagua) o dame trayendo (apa mushpa kuy).

Son palabras que si bien suenan mal en el castellano, en el quichua están bien estructuradas porque siempre el verbo va al final de la oración.

En las escuelas bilingües a los niños que han olvidado el quichua se motiva el aprendizaje con el apoyo de materiales impresos y audiovisuales. Aunque también, según la DEIB, hay maestros que no contribuyen a fortalecer ese aprendizaje. Para el saraguro Rumi Sinchi, sería importante que ahora en las diferentes universidades ecuatorianas se introduzca el idioma indígena como otra alternativa de aprendizaje para los estudiantes.

Noticia publicada por el diario El Comercio, y obtenida vía El Castellano.