Paul von Hindenburg


Su nombre completo era Paul Ludwig Hans Anton von Beneckendorff und von Hindenburg.

Von Hindenburg fue Mariscal de Campo en el Imperio alemán y segundo presidente de la República de Weimar.

Como hijo de un oficial prusiano, siguió la carrera militar. Después de un breve paso por un instituto de enseñanza secundaria (Gymnasium), estudió, de 1859 a 1866, en la Escuela de Cadetes de Wahlstatt, en la comarca de Liegnitz, y más tarde en Berlín.

En 1866 participó como teniente en la Guerra Alemana, y en 1870/1871 tomó parte en la Guerra Franco-Prusiana.

En 1903 fue ascendido a General en jefe, y se retiró del Ejército en 1911, cuando contaba con 64 años de edad. Tres años más tarde, al comenzar la Primera Guerra Mundial, se reincorporó como Comandante en Jefe de la octava división, que operaba en el frente este. Al vencer al Ejército Ruso en la Batalla de Tannenberg (1914), consiguió fama y honor, y fue nombrado Mariscal de campo. Desde entonces se le conoció como El Vencedor de Tannenberg.

En agosto de 1916 entró a formar parte del Estado Mayor junto a Erich Ludendorff. En 1918 intentó salvar la monarquía, aconsejando a Guillermo II que abandonase el país. Intentó sofocar los disturbios entre la población colaborando con el nuevo gobierno. Al firmarse el Tratado de Versalles, en julio de 1919, von Hindenburg dimitió. Ante la comisión de investigación de la Asamblea Nacional afirmó que el Ejército Alemán había sido invicto en el campo de batalla, y que la derrota había sido debida a la «Revolución de Noviembre». De esta forma, dio pie a la leyenda del apuñalamiento (Dolchstoßlegende).

Los partidos de derecha presionaron a von Hindenburg a presentarse a la presidencia de la República de Weimar. En abril de 1925, von Hindenburg fue elegido segundo presidente de la República. A pesar de su convicción monárquica y de su escepticismo hacia la República, intentó ser fiel a la Constitución.

En 1930, von Hindenburg nombró canciller a Heinrich Brüning sin consultar al parlamento. Con ello se inició el periodo de gobiernos presidenciales de la República de Weimar. En 1932, el parlamento lo confirmó en su cargo de presidente por otros siete años, con el fin de evitar que fuera sustituido por Hitler. Pero en 1933, von Hindenburg designó canciller a aquel, y comenzó a ser influido cada vez más por los nacionalsocialistas.

Tras el incendio del edificio del Reichstag, von Hindenburg firmó un decreto en el que se suspendían los derechos fundamentales, dejando vía libre a la actuación arbitraria de los nacionalsocialistas. Finalmente, el 24 de marzo de 1933 se promulgó una ley que concentró todos los poderes del Estado en el Führer (Ermächtigungsgesetz). Este fue el fin de hecho de la República de Weimar.

Von Hindenburg murió en Gut Neudeck (actual Ogrodzieniec) en la comarca de Susz (por entonces Rosenberg in Westpreußen), aquejado de demencia senil. Por ejemplo, un día antes de morir confundió a Hitler con el Kaiser, dirigiéndose a él con el título de Majestad. En vez de ser enterrado en el lugar de su muerte, fue inhumado, a instancias de Hitler, en el monumento a la batalla de Tannenberg. Con la muerte del presidente de la República desapareció el último obstáculo para la ocupación total del poder por parte del Führer .

Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, su cadáver y el de su mujer fueron trasladados por el Ejército a Marburgo, quedando depositados en la Iglesia de Santa Isabel, en la capilla de la torre norte. Aún se encuentran allí, aunque, por decisión del clero, el sepulcro no cuenta con iluminación.

Imagen: Von Hindenburg junto a Hitler, tomada de A Teacher's Guide To The Holocaust (en inglés)