La diosa Tlaltecutli, o Tlaltecuhtli


Tlaltecuhtli es un nombre masculino, pero los textos suelen referirse a ella como una diosa, y las imágenes nos ofrecen a una figura femenina en cuclillas. También ha aparecido como una figura monstruosa con bocas por todo el cuerpo. Las imágenes de Tlaltecuhtli aparecen, más que nada, en la arquitectura y escultura azteca.

Según la Wikipedia, Tlaltecutli, Tlaltecuhtli o Señora de la Tierra, es una deidad precolombina, identificada a partir esculturas e iconografía que pertenece al período Postclásico de Mesoamérica (ca. 1200-1519), su culto se encuentra principalmente entre los aztecas y otras culturas de habla náhuatl. Tlaltecuhtli se ha encontrado también en varios documentos elaborados después de la conquista.

De acuerdo con fuentes no determinadas, Tlaltecuhtli se describe como un monstruo marino que vivío en el océano después de la cuarto diluvio, ella es una encarnación del caos que asolaba antes de su creación.

La leyenda.

La creación del mundo no hubiera sido posible sin Tlaltecuhtli. Quetzalcoatl y Tezcatlipoca, que rivalizaban, planeaban la creación de un nuevo moundo, pero quedaron horrorizados al ver por primera vez a Tlaltecuhtli: ella no solo tenía enormes colmillos, sino también en sus codos, rodillas y demás articulaciones. Entre ambos decidieron que el nuevo mundo no sobreviviría con semejante criatura, por lo que decidieron matarla.

Quetzalcoatl y Tezcatlipoca se transformaron en serpientes y dividieron en dos a Tlaltecuhtli: una parte de ella se convirtió en el cielo, y la restante en la tierra. Esta acción se llevó a cabo con la autorización de los demás dioses, a pesar de lo cual Quetzalcoatl y Tezcatlipoca no estaban contentos con esta decisión. Para aplacar a Tlaltecuhtli, que en realidad no había muerto, decidieron que su cuerpo diera vida a las plantas y proveyera lo necesario para la supervivencia de los hombres. Sus ojos, por ejemplo, se convirtieron en las fuentes de la primavera y de los ríos, y sus cabellos en árboles.

Los pueblos mesoamericanos creían que los movimientos y sonidos de la tierra eran las quejas de Tlaltecuhtli, aún infeliz por haber sido partida en dos. Para complacerla y asegurarse de seguir contando con los elementos que les aseguraban la subsistencia, entonces, sacrificaban humanos.

Se pensaba que Tlaltecuhtli se tragaba el sol cada noche y lo regurgitaba cada mañana. Los pueblos mesoamericanos también pensaba que ella devoraba los corazones de las víctimas sacrficiales que le eran ofrecidas, por lo que es común encontrar en los hallazgos arqueológicos cajas de piedra con su figura grabada en el fondo, en esas cajas se colocaban el corazón y la sangre de las víctimas.


Fuentes:
Wikipedia
Agnosticismo/Ateismo en About.com (en inglés)

Imagen: Arqueología Mexicana

Enlace interesante: la noticia del descubrimiento de "
El monolito de Las Ajaracas es de Tlaltecuhtli" (nov. 2006) en diario La Jornada, de México.