En la Edad Media, vasallos eran aquellos que se ponían al servicio
de un señor que les concedía el derecho de cultivar un
pedazo de tierra, a cambio del cual se comprometían a servirlo
como soldados, mediante un juramento de homenaje y fidelidad. Tanto el
señor como el vasallo eran, pues, hombres libres que
asumían compromisos, cada uno con relación al otro.
La palabra se formó a partir del bajo latín vassos o vassus 'servidor', que proviene, probablemente, del galo vasso 'hombre' o gwas, casi idéntico al bretón gwaz 'hombre joven'.
Vassus está documentado en latín desde el siglo V de nuestra era, y vassallus aparece en diversas lenguas prerrománicas hacia el siglo X. La palabra se registra en español a partir del Cid, con la grafía vassallo.
De vasallo se derivan en español vasallaje, avasallar, avasallamiento, etcétera.
La palabra se formó a partir del bajo latín vassos o vassus 'servidor', que proviene, probablemente, del galo vasso 'hombre' o gwas, casi idéntico al bretón gwaz 'hombre joven'.
Vassus está documentado en latín desde el siglo V de nuestra era, y vassallus aparece en diversas lenguas prerrománicas hacia el siglo X. La palabra se registra en español a partir del Cid, con la grafía vassallo.
De vasallo se derivan en español vasallaje, avasallar, avasallamiento, etcétera.