La mafia macedonia saquea los tesoros

Macedonia es un país pequeño cuyo suelo se ha llenado de orificios y también de delincuentes culturales. A través de su breve territorio se han hallado miles de yacimientos arqueológicos que no sólo han sacado a la luz tesoros históricos sino también mafias de excavadores ilegales. Las mafias debieron haber notado que en Macedonia hay una proporción matemática que les podría engordar el salario: en un territorio de 25 mil kilómetros cuadrados, se encuentran 10 mil yacimientos arqueológicos. Por ese motivo, desde hace algunos años, este país pobre se ha vuelto la vedette de la arqueología y, por ende, de los saqueos. Desde que Macedonia obtuvo su independencia en 1991, las mafias han expoliado más de un millón de piezas.

“Diferentes recipientes, estatuas, vasos antiguos, collares, diademas, pendientes, brazaletes, miles de monedas acuñadas, todo eso es el blanco de los excavadores ilegales”, señaló Pasko Kuzman, responsable de la Dirección para la Protección del Patrimonio Cultural. Los mafiosos están succionando todos los lujos del pasado. La gama de hallazgos puede ir desde los huesos de un dinosaurio hasta los antiguos poblados neolíticos. Eso sí, el mercado tiene una clasificación: los valores más altos se los llevan los restos de las ciudades de la antigüedad imperial macedonia, del imperio romano y del bizantino.

Los productos de las excavaciones los envuelven y los ponen en las narices de los coleccionistas exóticos que, según las investigaciones del departamento de crimen arqueológico de la policía macedonia, son de origen teutón. Las rarezas hacen salivar a los alemanes y a los austríacos. Una moneda antigua puede tener un costo de 20 mil euros. Un pendiente de la época romana vale 400 euros. Claro que las puntas de lanza de esa misma época, muy abundantes en Europa, no les sacan suspiros a los coleccionistas y tienen el precio de un caramelo: están saliendo a cien euros.

Macedonia, desesperada, viendo que le sacan de las entrañas sus únicas joyas, armó una lucha sin fronteras. Pasko Kusman, el policía arqueológico, dio el mensaje: “Si no tenemos arqueólogos suficientes, solicitaremos ayuda a nuestros vecinos de los Balcanes. Debemos poner fin a las exhumaciones ilegales. Sólo en Marvinci ha sido destruido un millar de tumbas”. Pero las mafias no planean detenerse y han invadido con grúas el país. En lo que va del año, ya se han presentado siete denuncias penales por delitos de este tipo. En 2008, en total, sólo se habían registrado cinco.

La psicosis invadió a tal punto a los arqueólogos que están legalizados que ahora se sospecha de todos, y los propios obreros que cavan hoyos son mirados con recelo. En Marvinci, a 180 kilómetros de la capital, Skopie, entre los 500 obreros que trabajan allí se han infiltrado arqueólogos disfrazados que pasan cavando al Sol más dispuestos a detectar un delincuente que la sandalia de un emperador. Sucede que hay mucha riqueza en juego. “Aquí hemos exhumado los restos de una antigua sacerdotisa. Y más allá, otra igual fue desenterrada hace un año por unos ilegales”, señaló un arqueólogo.

El gobierno se vio en la obligación de invertir en los ladrones: en los próximos cuatro años destinará 20 millones de euros para defender su patrimonio y reducir las actividades ilegales. Y así se da la paradoja de que uno de los países más pobres de Europa tenga que poner dinero para poder defender sus únicas riquezas.

Noticia publicada por el diario Crítica.