El trabajo en la Edad Media - Parte IV

Los artesanos en el mundo feudal
Heers plantea que la actividad artesanal no se daba exclusivamente en los burgos comerciantes, en un principio era netamente rural, determinada por las costumbres del mundo feudal luego se da un pasaje a una industria urbana, dominada por jefes de empresa, dedicada a la exportación a países lejanos.

La artesanía era una posibilidad de ascender socialmente para los siervos, cada campesino, era un poco artesano, aunque no había grandes especialistas, por este motivo el campesino los sustituye, haciendo al principio un poco de todo, y gradualmente se fueron generando los distintos oficios.

La tesis de Henri Pirenne menciona la pobreza de los intercambios y de la vida urbana en el Occidente carolingio. En la villa carolingia se compraban sólo algunos objetos preciosos, de origen lejano, pero se trataba siempre de objetos suntuarios traídos con grandes gastos (cofres, relicarios, cálices, vestimenta sacerdotal y arma para los señores). Este comercio de bienes suntuarios dará lugar, con el paso del tiempo, a la conformación también de un tipo de trabajador dedicado en forma exclusiva a las artesanías de lujo.

La industria doméstica
El gran dominio proveía los víveres necesarios tanto para los hombres como para sus animales, las herramientas de los campesinos y jardineros, los toneles para el vino, las vestimentas de cuero, lino y sarga.

Los colonos no sólo trabajaban la tierra, sino que también construían las casas y aseguraban los transportes esenciales.

Para el mantenimiento de las casas del amo, para reparar el henil, el granero, el establo, tomará cada uno su turno y, si fuera necesario, se ocuparan todos.
Cincuenta hombres son encargados de la piedra, de la madera para el horno de cal, si está cerca; si está lejos, cien hombres deberán hacer ese trabajo; y esta cal será llevada a la ciudad o al dominio, donde sea necesario.


Las mujeres eran las encargadas de esquilar las ovejas, preparar la lana, hilar, tejer las telas y paños y coser las vestimentas. Las mujeres esclavas hacen la sarga con la lana del amo.

El señor les exigía a los hombres libres y esclavos que estaban instalados en las tierras productos de su trabajo de invierno, medidas de trigo y aves de corral, a los siervos domésticos los hacia trabajar en los talleres cercanos a la casa - habitación, era muy importante que contara con buenos obreros para el hierro, oro y la plata, zapateros, torneros, carpinteros, fabricantes de escudos, hombres que sepan preparar cerveza, sidra de peras, panaderos, y también preparar las redes para la caza y la pesca.

Este tipo de organización de la economía agrícola y artesanal, se encuentra también en los siglos XII y XIII en reinos de Europa central y países eslavos. A modo de ejemplo, diremos que el duque de Polonia había instalado, sobre granjas hereditarias, a miles de siervos, que repartían su tiempo entre la agricultura y las actividades artesanales, estaban distribuidos en aldeas según la profesión ejercida por los paisanos, había toneleros, constructores de barcos, torneros, fabricantes de zapatos, de miel, etc.

Existen otros tipos de industria aunque siguen siendo rurales, sobre todo por la ausencia del comercio, por la necesidad de producir en el mismo lugar de consumo y por las formas de trabajo muy rudimentarias.

La industria del hierro es un claro ejemplo que está ligado a la pobre producción de las minas, son muy pocas las zonas que son especialistas en la extracción y exportación de minerales, se trabaja de forma muy primitiva, un solo hombre cava el pozo, ayudado por algunos de los suyos y, cuenta con una sola polea para subir la tierra y luego el mineral.

El pozo no tiene ningún tipo de armazón que lo sostenga, ni es desecado por bombas, por lo tanto si las aguas lo inundan el pozo debe ser abandonado. Hay que tener en cuenta también que los elementos químicos que utilizan para la extracción del metal son muy imperfectos, por eso son muy pobres los rendimientos, la explotación es limitada, y los yacimientos muy pequeños.

Los artesanos y los señores
Como un claro ejemplo del dominio del señor, diremos que es él quien domina los bosques, las minas y las vías de agua, por eso en el bosque regula los derechos de uso: prohíbe sacar madera y hacer carbón, las minas son arrendadas por un derecho anual. Respecto del agua, es el único que dispone de la fuerza del curso del agua. De esta forma los artesanos mantienen una dependencia económica y jurídica con los señores.

A los siervos domésticos, que abandonan la villa pero continúan sirviéndolos efectuando trabajos muy precisos, les confían tierras o rentas, que son denominados feudos de artesanos o feudos de oficios, de esta manera queda cada vez más ligado al señor.

Por ejemplo, si se le entregaba un feudo carpintero, éste tenía derecho de justicia sobre los otros carpinteros de la ciudad. En la carta que se entrega quedan presentadas todas sus obligaciones, y también la forma en que recibiría su alimento y bebida cada día de trabajo.

Los mercados tampoco escapan del control de los señores, las comunidades monásticas mantienen mercados donde se intercambian los productos de sus diferentes dominios. Con la fundación de la abadía de Fontaneto, cerca de Novara, se establece rápidamente la institución de un mercado rural una vez al mes.

En los países del norte de Europa, los comerciantes no son esos hombres errantes en las rutas o siervos que han escapado del dominio señorial, en las ciudades muchos pertenecían a la familia del obispo, con el tiempo escapan al control del obispo y a la mentalidad de su tiempo, por lo que quedan fuera del cuadro feudal y no respetan ni sus normas y tampoco sus costumbres.
Los cronistas eclesiásticos, desde el siglo XI, condenan este tipo de conducta, por considerar sus prácticas deshonestas (préstamo de dinero, adulterio, etc.) y distintas a las de otros hombres.