Las últimas rebeliones indígenas


En 1924 la "Reducción de Indios de Napalpí", asentada en terrenos cedidos por el gobierno nacional, estaba habitada por integrantes de las parcialidades mocoví y toba. El título de ocupación de esas tierras era de carácter precario, y se les exigía a los pobladores la entrega de un porcentaje de su cosecha de algodón.

A esta quita se sumó un importante crecimiento de la población de la colonia, con lo cual las condiciones de hacinamiento y la creciente pobreza fueron determinantes para el estallido de Napalpí.

Los indios siguieron a sus caciques-chamanes Pedro Maidana (mocoví), José Machado y Dionisio Gómez (tobas), que anunciaban la próxima resurrección de los muertos. Al tiempo que los reclamos de los aborígenes tomaban impulso, entre la población "blanca" comenzó a correr el rumor de que aquellos se estaban armando. La opinión pública pedía una represión ejemplar y el gobernador iniciaba negociaciones -que no tendrían éxito- tendientes a calmar los ánimos.

El punto cúlmine en el crescendo de la tensión fue el asesinato del chamán Sorai, y el asesinato de un turista francés, venganza supuestamente ejecutada por los indios. Los aborígenes se atrincheraron en la Reducción, pero no estaban armados y no esperaban un conflicto de esas características.

Lo cierto es que el 19 de julio de ese año, mientras realizaban un baile ceremonial, creyendo que ello evitaría que las balas les hagan daño, las fuerzas nacionales abrieron fuego sobre la muchedumbre matando a unas doscientas personas, entre ellas los caciques Maidana y Gómez.

Durante este "fusilamiento masivo", se dispararon cinco mil balas, y muchos de los muertos fueron posteriormente mutilados.

Otro caso significativo de rebelión popular indígena en el siglo XX son la de Tapanaik, que entre 1933 y 1934 "soñó" la llegada de aviones con cargamentos que pondrían fin a la pobreza de los indios, los aviones jamás llegaron , sus seguidores iniciaron una rebelión y Tapanaik fue a parar a la cárcel.

El último ejemplo es el del chamán Natochi, un líder de tobas y mocovíes reunidos entre 1935 y 1937 en el actual Departamento de General San Martín. Natochi predicaba la vuelta a los valores tradicionales, profetizaba una era de abundancia y entregaba "bastones" a sus seguidores para transferirles poder.

El movimiento de Natochi culminó, nuevamente, en represión por parte del poder nacional y la huida del líder.

Fuente: Los hijos de la tierra. Carlos Martínez Sarasola

Imagen: aborígenes de la Reducción de Napalpí, de ONI.